miércoles, 22 de junio de 2011

Las mil y una noches.

Se trata de una colección de cuentos orientales del medievo. Usa la técnica del relato enmarcado, es decir, dentro de un relato principal van surgiendo los relatos secundarios. Este es el relato principal.

Un poderoso sultán, llamado Shahriar, se da cuenta de la infidelidad de su mujer y manda asesinarla. A partir de ese momento decide que cada mañana se casará con una doncella virgen, pasará la noche con ella y al amanecer también la mandará matar, para evitar ser engañado de nuevo. El encargado de elegirle y traerle las mujeres es su visir. Voluntariamente Sherezade, hija del visir y pese a las protestas de su padre, decide pasar una noche con el sultán. Ella comienza a contarle un cuento y hace coincidir el punto culminante de la historia con el alba, diciéndole que le contará el desenlace la próxima noche. El sultán la deja vivir un día mas, con la curiosidad de saber como acaba el relato. La noche siguiente. Sherezade le cuenta el desenlace y empieza a contarle otro cuento el cual deja a medias para acabarlo la siguiente noche, y sobrevivir. La doncella repite este proceso durante mil y una noches. Ya con tres hijos en común, el sultán no solo se había entretenido con sus historias sino también educado sabiamente en moralidad y amabilidad por Sherezade, que entonces se convirtió en su esposa.

lunes, 20 de junio de 2011

Cuentos breves para pensar, "A veces la mayor fuerza es la de la convicción".

Simplemente siendo una debilidad colosal por este tipo de narraciones. Esta en concreto es de un señor feudal japones llamado Nobunaga , si teneis curiosidad su historia ocupa un gran espacio en Wikipedia .


Un gran guerrero japonés llamado Nobunaga decidió atacar al enemigo aunque tenía solamente una décima parte del numero de hombres que la oposición tenía.
Sabía que ganaría pero sus soldados se mostraban dudosos.
En el camino se detuvo en un santuario Shinto y le dijo a sus hombres: “Después de visitar el santuario arrojaré al aire una moneda. Si sale cara, ganaremos; si sale sello, perderemos. El destino nos tiene en sus manos”.

Nobunaga entró al santuario y ofreció una plegaria silenciosa. Salió y arrojó al aire una moneda. Salió cara. Sus soldados estaban tan ansiosos de combatir que ganaron fácilmente la batalla.

“Nadie puede cambiar la mano del destino”, le dijo su asistente después de la batalla.

“Claro que no”, dijo Nobunaga, mostrándole una moneda que tenía caras por ambos lados.

domingo, 19 de junio de 2011

Cambios 2.

Repetí 1º ESO pero me cambié de instituto, lo cual hace que el repetir sea menos duro, mucho menos.
Me encontré con muchas caras conocidas ya que he estado en tantos centros... digamos que me sentí en mi hogar. Y en cuanto al amor se alejó de mi unas temporadas, eso esta bien. No me interesaba nadie y estaba en la gloria. Sin embargo... en los cambios de clase nos desmadrábamos ya que las aulas de primero estaban al final de un largo pasillo, no cambiábamos de aula, tan solo en educación física. El profesor o la profesora, tardaban de 5 a 10 minutos en llegar. Una de las cosas que hacían mis compañeros era salirse de la clase al pasillo y/o a otras aulas. Había un chico de la clase de enfrente que venia a la nuestra de vez en cuando, me daba un vuelco al corazón cuando lo veía, y en el autobús, me dedicaba a escuchar sus conversaciones.
Por muy evidente que pueda parecer la situación, yo, en el colmo de mi ignorancia pueril no me di cuenta de lo que estaba sucediendo. En general, fue un año bastante dulce; un curso fácil, sin complicaciones emocionales, solo disfrutar de cada momento.

viernes, 17 de junio de 2011

Continuemos por el principio 1.

Ciertamente, nunca me planteé el hecho de que fuera gay, ya que por confuso que pueda parecer, mi primer amor fue, una mujer.

Tengo que añadir que esto ocurre en una situación personal difícil, ya que mis padres hace 2 años que se separaron y viviendo con mi hermano y mi madre. Esta última se enamoró de un hombre al que metió precipitadamente en casa, por su juventud y por su inmadurez no supo acatar el papel de “figura paternal”.
Aunque alguna mente "lúcida" pueda decir que estas circunstancias son el motivo de mi condición, no es verdad.

Esto ocurrió cuando yo tenía 13 años e iba a 1º de ESO. Yo no era bueno en los deportes de equipo, tampoco era excesivamente bueno estudiando, era de lo más normal. A pesar de esto la chica en cuestión parecía haberse interesado por mí en varias ocasiones, sin embargo yo era y sigo siendo muy tímido así que no entré al trapo. Tenía los síntomas de estar enamorado: un vuelco al corazón cuando la veía, me ponía nervioso cuando hablaba con ella o cuando estaba presente, anhelaba estar con ella etc. Sin embargo no sentía ningún tipo de atracción sexual hacia ella cosa que no tuve en cuenta ni me pregunté por qué. Pues esta historia se acaba aquí, yo no le dije nada y ella a mi tampoco, cuando terminó el curso, yo me cambie de nuevo de instituto y no la volví a ver.