miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mi oscuro defensor, un arma de doble filo 6.

Todas las personas tenemos varias facetas según la situación en la que estemos inmersos. Algunas tienen el lujo de poder dejarse llevar, sin miedo a que una de sus muchas facetas, la mas reprimida, asome y desate unas consecuencias devastadoras para si mismo. Yo desarrollé una bastante peculiar y dañina pero tardé tiempo en darme cuenta.

Me convertí en una persona de lo mas extraña. Para empezar no mostraba mis sentimientos, NUNCA excepto por algún delirio agudo de ternura y cariño ( fallos de guión). Me mostraba ambiguo con mi condición sexual (soy gay ) y me volví realmente intrépido para evadir las preguntas y situaciones "peligrosas". De esta manera me mantenía a salvo, sin embargo mi estrategia tenia efectos colaterales y comportamientos adyacentes que no controlaba.

 Al guardar mi corazón en un cofre me trasformé en un perro sin sentimientos. Me duele mucho admitir que me sentía mas seguro al hacer sentir a otras personas inseguras. Con comentarios que pasaban del humor a la crueldad, agredía a las personas que ponían en peligro mi tapadera y a las que intentaban conocerme mas a fondo. Tenía amigos, si, pero les obligaba a guardar las distancias. Pese a esto hice buenas amistades, dadas las circunstancias, pero a la hora de la verdad estaba solo, por que yo quería, y me enamoré de mi soledad. 

1 comentario:

  1. u.u me siento super conmovido e identificado aunque aun sigo haciendo esas cosas, soy un ser de sentimientos relegados a la mente, el corazon solo me sirve para bombear sangre, no debes dejar que le gane una muralla pues creeme, despues es dificil sortear tus propios muros u.u
    el consejo de un amigo :)

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